Siendo el hijo mayor tuve que seguir la tradición familiar sin tener opción a elegir mi propio futuro. Crecí pensando que eso era lo mejor, y sin embargo la vida me sorprendió cuando hizo que el negocio familiar se hundiese. En ese momento se abrió la gran oportunidad de mi vida y empecé a conectarme con mi esencia y mi virtud: acompañar a otros seres a liberar sus emociones discordantes.